El cuentito de fin de mes
Octavio, mi querido suegro Si pienso en los acontecimientos que voy a relatar a continuación podría inferir que todo ha sido una locura. Y vaya si lo fue. Pues jamás en la vida habría imaginado que una cosa así fuera a ocurrirme. Mi nombre es Diego, tengo 29 años y un año de casado. Mi esposa Flavia es el ser más adorable que conocí en mi vida, y con ella he sido muy feliz desde el momento en que nos conocimos hace cinco años. Nuestro flamante matrimonio nos hace ver la vida de una manera gloriosa, pues nos amamos profundamente. Aunque no todo ha sido fácil. Hace tres meses que Flavia está sin trabajo y mi nuevo puesto en una importante empresa es nuestro único ingreso. Pero es el comienzo, y no siempre mi sueldo es suficiente como para satisfacer todas nuestras necesidades. Recientemente nos mudamos a un apartamento en el centro de Buenos Aires, por lo que tantos gastos, y llegado el verano, nos hizo descartar la posibilidad de tomarnos vacaciones en algún lugar fuera de l...