Desde la primera vez que, siendo niño, me fascinó el torso desnudo de un hombre, sigo asombrándome ante la maravilla de sus formas. Que un hombre se quite la camisa es algo que, al estar aceptado socialmente en ciertos ámbitos, suele pasar desapercibido. Para mí -y sé que para ustedes también- es como si me montaran el mejor espectáculo erótico del mundo.
La verdad que el árbitro italiano estaba buenorro, pero... ESO FUE PENAL!!!!
ResponderEliminarYa, ya, ya. Ya pasó.
ResponderEliminarVenga pa' ca y le doy besitos y le reconforto con un abrazo, y le preparó su café con un piquete de tequila.
Si, si fue penal pero que le vamos hacer. ¿Eh? ¿Le rompemos el otro al árbitro culero ese?
Si, si ya no haga más tangos y siéntase orgulloso de esa selección de su país, que jugó con un amor a la camiseta admirable. Fueron más equipo que nunca con dos genialidades Mascherano y Messi, pero que no alcanzo ante un magnífico juego de equipo de los alemanes y más de una jugada de gol desperdiciada por ustedes.
Ni modo. ¿Jugamos mejor luchitas en la cama? Ahí el que pierde igual gana. ;-)
Abrazos
Bueno, está bien.
ResponderEliminarLe rompemos el orto al árbitro ese. Sí, porque la verdad, que el tanito tiene un culito como para rompérselo despacito, y, teniendo en cuenta lo que hizo, de manera inmisericorde.
Y sí... no me hable de esas oportunidades perdidas (las oportunidades perdidas parecen ser un mal endémico, vea)... casi tuve que usar el desfibrilador, prudentemente preparado por parte de Ortolani.
Pero sí, estamos contentos, porque la verdad es que temíamos lo peor y un final mucho más humillante, no sé si tanto como el vejamen brasileño, pero más o menos. Y bueno, fue un digno desempeño.
No sabe cómo agradezco sus apapachos.
Fue una alegría, igualmente, llegar a la final y ser subcampeones.
Sí, sí, sí... luchitas en la cama... sí...! me encantan las luchitas en la cama.
Pero espéreme hasta mañana, porque vengo de hacer unas luchitas hoy que... oich!, tengo que reponerme...