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Empieza el espectáculo
Desde la primera vez que, siendo niño, me fascinó el torso desnudo de un hombre, sigo asombrándome ante la maravilla de sus formas. Que un hombre se quite la camisa es algo que, al estar aceptado socialmente en ciertos ámbitos, suele pasar desapercibido. Para mí -y sé que para ustedes también- es como si me montaran el mejor espectáculo erótico del mundo.
Mmmmmmhhh... Tal como se llama una serie de relatos de un reconocidísimo escritor de relatos eróticos, tal como esa magnífica historia... así se llama esta serie de imágenes de ayer que reflejan tan bien esa sensualidad llena de naturalidad.
ResponderEliminarEstar rodeado de hombres desnudos, sin armas, sin caretas, sin poses (al menos no tan premeditadas) es algo sencillamente exquisito. Y si a ese ambiente se le suma el juego de miradas y acercamientos... ¡cualquier cosa puede pasar!
Deliciosa galería, mi estimadísimo Gaucho de Oro. Bravo por la exquisita selección!
Mmmmmmmmmm.... Rodeado de hombres desnudos... qué maravilla de situación, que sólo se genera en esos santuarios de la masculinidad más primaria.
ResponderEliminarSin armas, te parece???? no sé..., ya nombraste dos: miradas y acercamientos... si nos quedamos con una: miradas... ya tenemos un arma casi letal.