El día que sin saberlo
El día en
que sin saberlo
hacemos por
última vez una cosa
-mirar una
estrella,
atravesar
una puerta,
amar a
alguien,
escuchar
cierta voz-
si algo nos
advirtiera
que nunca
volveremos a hacer eso,
probablemente
la vida se detendría
como un
muñeco sin niño ni resorte.
Sin embargo,
cada día
hacemos algo
por última vez
-mirar un
rostro,
llamarse con
su propio nombre,
terminar de
gastar un zapato,
probar un
temblor-
como si la
primera vez o la milésima
pudiera
preservarnos de la última.
Nos haría
falta un tablero
con todas
las entradas y salidas marcadas,
donde se
anuncie claramente, día por día,
con tiza de
colores y con vocales
qué le toca
terminar a cada uno,
hasta cuándo
se hace cada cosa,
hasta cuándo
se vive
hasta cuándo
se muere.
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Roberto Juarroz
Otra de Juarroz......
ResponderEliminarPoesía vertical 7
Cuando se ha puesto una vez el pie del otro lado
y se puede sin embargo volver,
ya nunca más se pisará como antes
y poco a poco se irá pisando de este lado el otro lado.
Es el aprendizaje
que se convierte en lo aprendido,
el pleno aprendizaje
que después no se resigna
a que todo lo demás,
sobre todo el amor,
no haga lo mismo.
El otro lado es el mayor contagio.
Hasta los mismos ojos cambian de color
y adquieren el tono transparente de las fábulas.
Sí, cuando pisas del otro lado....
Y tantas veces hemos pisado en el otro lado, y sin embargo hemos vuelto...
ResponderEliminarotras tantas veces sí, seguimos pisando del otro lado sabiendo que jamás pisaremos de la misma manera que antes...
Pienso que habría que hacer un poema hablando de cómo cuesta pisar del otro lado.
Cuando el aprendizaje se transforma en lo aprendido. Vaya frasecita.
Gracias por tu Juarróz, Seba.
Buen fin de semana y que pises bien...!
Comentario al paso:
ResponderEliminarLa fotito parece ilustrar más tu poema que el mío...
:)
Gracias a los dos por los poemas, que como obras de buen poeta nos lanzan a pensar y meditar, nos interpelan a cada uno. Como el aprender e incorporar que cada día puede ser la "última vez" de algo e instarnos a dar y hacer, para vivir plenamente y no acumular lamentos. Y pisar del otro lado............ cuan dificil ha de ser de hacerlo con un solo pie y tratar de mantener el equilibrio con un pie en cada lado y no caer en el intento.
ResponderEliminarFabrice
Fabrice,
ResponderEliminarasí es, tal cual.
Particularmente, el poema de las últimas cosas me inquieta haciéndome pensar, pues tengo la tendencia a atesorar, no desprenderme de las cosas, de las vivencias, de los sitios, de todo aquello que uno vive y quiere retener en sí... y después de todo, que hay cosas en la vida que son mucho más fútiles de lo que uno cree, esa insoportable levedad... eso efímero... que sigue y que cambia día a día.
Saludos!