Principes azules habrá, pero el problema es que generalmente somos daltonianos. A veces tenemos la mirada azul y teñimos al otro y lo hacemos principe. Es un buen método. Fabrice
Fabrice, Eso en el caso de que ya tengamos uno para teñir, porque la mayoría de las veces el príncipe azul es alguien -o algo, no se sabe muy bien qué- que se espera toda la vida. Y cuando uno se queda ahí como un ceniciento pavote, al final cae en la cuenta de que mejor que el príncipe estaba el padrastro y, después de todo, tampoco los hermanastros eran tan feos.
Principes azules habrá, pero el problema es que generalmente somos daltonianos.
ResponderEliminarA veces tenemos la mirada azul y teñimos al otro y lo hacemos principe. Es un buen método.
Fabrice
Fabrice,
ResponderEliminarEso en el caso de que ya tengamos uno para teñir, porque la mayoría de las veces el príncipe azul es alguien -o algo, no se sabe muy bien qué- que se espera toda la vida. Y cuando uno se queda ahí como un ceniciento pavote, al final cae en la cuenta de que mejor que el príncipe estaba el padrastro y, después de todo, tampoco los hermanastros eran tan feos.