Sé que no es muy recomendable dejar las cosas sin terminar, pero... como en estos casos, hay veces en que es muy placentero quedarse a mitad de camino y contemplar el paisaje.
Paso un momentito para, nada, dos cositas: Con las emociones de la tertulia de ayer no era momento para frivolidades; así que, eso, sólo decir que también ayer empezó el verano boreal con todas las de la ley: sol, calor asfixiante, cielo azul… vamos, perfecto, hecho a mi medida. Como bien sabéis por haberlo dicho repetidas veces, esos 90 días son mis favoritos de todo el año, cuando más activo y lúcido estoy. Por ello, aprovecho para vivirlos al máximo y no sólo por ocio; también es mi período de reflexión y reordenación personal –mucho tengo que hacer en ese sentido-, lo que me impedirá frecuentar el Café durante este tiempo. En la medida que pueda, intentaré leeros en la Tertulia.
La otra: se que le toca al dueño hacerlo, pero imagino que estará en otros menesteres mucho más agradables... Por tanto, como mellizo suyo que soy, me irrogo con toda la cara dura del mundo –y con todo el gusto- el dar la bienvenida a dos tertulianos que, seguro, eran silentes seguidores de Vellohomo desde su origen pero y, justo ayer, ambos, tuvieron la feliz idea de coincidir a la vez y aparecer en el Café.
Así pues, para ambos, H y R, bienvenidos; poneos cómodos y, personalmente, os puedo decir que tenía muchas ganas de que, por fin, os decidieseis a estar con nosotros. Repito: bienvenidos. Disfrutad y participad todo lo que queráis de esta maravillosa Tertulia de Locos Adorables como yo hice hasta ahora. Vale la pena.
Después de un pequeño receso para evitar culminar el acto, receso en el cual una distendida charla ha provocado la temporal flacidez de nuestros miembros, qué agradable resulta notar en nuestra mano, en nuestras nalgas, en nuestra boca... cómo aquella flacidez va, poco a poco, transformándose en la misma dura consistencia que va adquiriendo nuestro miembro y que tanto nos complace a ambos por hacernos sentir satisfechos de ser dos hombres entregados el uno al otro.
Y más aún: ¿Hay, acaso, satisfacción más grande que, todavía tumbados completamente desnudos en la cama y ya pasado un tiempo después de haber gozado del sublime placer de un orgasmo, utilizar todos nuestras mejores habilidades para provocarnos una nueva y lenta, pero firme, erección, que será el inicio de un nuevo camino a recorrer juntos para obtener un nuevo orgasmo?...
¡Me encatan vivir estos momentos en los cuales todo está a medias!
Hairy, Bueno, querido, llegó el verano, sí!, y ¿qué te puedo decir?, Sho!, que ni bien llega diciembre y ya estoy haciendo los petates y poniendo todo en stand by para desaparecer dos meses...! (que bien después me recriminás..., sí!) Nada... no te puedo decir nada... sería el menos indicado... sólo... bueno: atenete a las consecuencias.. porque aquí, el que no aparece mucho tiempo por el café...: castigos severos... en fin, ya sabés, los miembros se alzarán contra tí, y aplicarán todo el rigor de sus puniciones cuando regreses. (sí, TODO el rigor!, jeje) De todas maneras, tete, intercederé por tí, lo juro. Y, claro... las prioridades, ¡perfecto!, es así, reflexiones y reordenación personal... sí, desde aquí vamos a estar con vos pensándote, y con todo cariño deseándote, como te merecés, todo lo mejor, en todo, en la vida. Sí, calorcito, sol, e incrementando ese bronceado, por cierto, claro... Hairy ¡pásala bien!. Ya sabés... este café es tu casa. Siempre. Y aunque resulte raro ver esa silla vacía en nuestra mesita de todos los días... aunque esas lamparitas del local ya no parezcan tan brillantes cuando te extrañemos, vas a estar presente, lo mismo. Imposible que sea de otra manera. Sabelo bien. Un fuerte, fuerte abrazo.
Albert: Lo que contás sería algo así como la tregua en el campo de batalla, el descanso del guerrero, verdad?... es que a mitad de camino, uno también se distiende, dando paso a la calma, a lo íntimo, a la contemplación, a veces... sin tener que decir necesariamente nada, ni una sola palabra, sólo estar con el otro... presentes... respirando al mismo ritmo, apoyados uno con el otro, mirándose, o estando pendiente de esa semi rigidez que en cualquier momento ¡Oh, deliciosa expectación!, cobrará nuevamente peso, altura y consistencia. Poder tomarse ese momento de recóndito intercambio, es sencillamente sublime. Totalmente de acuerdo.
Por fin viernes...! Y para disfrutar todo el fin de semana llega este nuevo megapost con inquietantes acompañamientos peludos. Acompañame...! A. Deux by Kovert de Hollywood Alexander Graham Bell en la inauguración de la línea telefónica de larga distancia entre Nueva York y Chicago, 18 de octubre de 1892. Hércules ebrio - Peter Paul Rubens Arthur Tress - Hombre en una cascada, Palm Springs, California Fotografía Igor Matio Colt Men Magazine #26 1991 - Gardner Shore Damien Cross & Adam Wirthmore Dan Lang by German Bello Diego Sans en la playa 'Dylan' - Javier Trelis Sempere Farley Granger & John Hall, 1948 Fotografía Gaudenzio Marconi 'For you', artwork by @isbr Gianluca Conte "Handsome Hairy Chested Guy" by Kenney Mencher Jack Lofton Jane Darwell como la mujer de los pájaros en "Mary Poppins" Janet Leigh Judy Garland, circa 1940. Keith Haring by Andy Warhol, 1984 Kirill Fadeyev Mecánico, 1864 'Morpheo' - By Javier Trelis Sempere Multi...
Jimmy Fanz (x3) Joe Parker (x6) Johnny Donovan by Iván Ávila for Eroticco Magazine (x2) Jon King Jon-Erik Hexum Jose Infante Josh Long (x9) Karl Ayers by BelAmi Kash Cooper by James Franklin Ken Klarke Kevin McDonald (x3) Konstantin Resch by Xanthos Georgiou Konstantin Resch Kramer Evans - photo by JAlejandro Kurtis Wolfe (x7) Larry by Robert John Guttke Lars Stephan
Allí está, recién salida de entre las prendas íntimas. Flácida, blanda y colgante. Las pesadas bolas reafirman esa relajación natural maleable y encantadora. Hay mucho de ternura en una verga en reposo. Hay calma. Hay suspenso..., y sentimos la invitación implícita a jugar, a tocar, a chupar, a sentir -en el sentido más amplio de la palabra-, a dejarnos sumergir en esa fascinación sorprendente que nos llena de expectativas.
Buenos días a todos,
ResponderEliminarPaso un momentito para, nada, dos cositas:
Con las emociones de la tertulia de ayer no era momento para frivolidades; así que, eso, sólo decir que también ayer empezó el verano boreal con todas las de la ley: sol, calor asfixiante, cielo azul… vamos, perfecto, hecho a mi medida. Como bien sabéis por haberlo dicho repetidas veces, esos 90 días son mis favoritos de todo el año, cuando más activo y lúcido estoy. Por ello, aprovecho para vivirlos al máximo y no sólo por ocio; también es mi período de reflexión y reordenación personal –mucho tengo que hacer en ese sentido-, lo que me impedirá frecuentar el Café durante este tiempo.
En la medida que pueda, intentaré leeros en la Tertulia.
La otra: se que le toca al dueño hacerlo, pero imagino que estará en otros menesteres mucho más agradables...
Por tanto, como mellizo suyo que soy, me irrogo con toda la cara dura del mundo –y con todo el gusto- el dar la bienvenida a dos tertulianos que, seguro, eran silentes seguidores de Vellohomo desde su origen pero y, justo ayer, ambos, tuvieron la feliz idea de coincidir a la vez y aparecer en el Café.
Así pues, para ambos, H y R, bienvenidos; poneos cómodos y, personalmente, os puedo decir que tenía muchas ganas de que, por fin, os decidieseis a estar con nosotros.
Repito: bienvenidos. Disfrutad y participad todo lo que queráis de esta maravillosa Tertulia de Locos Adorables como yo hice hasta ahora. Vale la pena.
Saludos a todos
Después de un pequeño receso para evitar culminar el acto, receso en el cual una distendida charla ha provocado la temporal flacidez de nuestros miembros, qué agradable resulta notar en nuestra mano, en nuestras nalgas, en nuestra boca... cómo aquella flacidez va, poco a poco, transformándose en la misma dura consistencia que va adquiriendo nuestro miembro y que tanto nos complace a ambos por hacernos sentir satisfechos de ser dos hombres entregados el uno al otro.
ResponderEliminarY más aún: ¿Hay, acaso, satisfacción más grande que, todavía tumbados completamente desnudos en la cama y ya pasado un tiempo después de haber gozado del sublime placer de un orgasmo, utilizar todos nuestras mejores habilidades para provocarnos una nueva y lenta, pero firme, erección, que será el inicio de un nuevo camino a recorrer juntos para obtener un nuevo orgasmo?...
¡Me encatan vivir estos momentos en los cuales todo está a medias!
Perdón: Quería decir "Me encanta" y no "Me encantan".
ResponderEliminarHairy,
ResponderEliminarBueno, querido, llegó el verano, sí!, y ¿qué te puedo decir?, Sho!, que ni bien llega diciembre y ya estoy haciendo los petates y poniendo todo en stand by para desaparecer dos meses...! (que bien después me recriminás..., sí!) Nada... no te puedo decir nada... sería el menos indicado... sólo... bueno: atenete a las consecuencias.. porque aquí, el que no aparece mucho tiempo por el café...: castigos severos... en fin, ya sabés, los miembros se alzarán contra tí, y aplicarán todo el rigor de sus puniciones cuando regreses. (sí, TODO el rigor!, jeje) De todas maneras, tete, intercederé por tí, lo juro.
Y, claro... las prioridades, ¡perfecto!, es así, reflexiones y reordenación personal... sí, desde aquí vamos a estar con vos pensándote, y con todo cariño deseándote, como te merecés, todo lo mejor, en todo, en la vida.
Sí, calorcito, sol, e incrementando ese bronceado, por cierto, claro... Hairy ¡pásala bien!.
Ya sabés... este café es tu casa. Siempre. Y aunque resulte raro ver esa silla vacía en nuestra mesita de todos los días... aunque esas lamparitas del local ya no parezcan tan brillantes cuando te extrañemos, vas a estar presente, lo mismo. Imposible que sea de otra manera. Sabelo bien.
Un fuerte, fuerte abrazo.
Albert:
Lo que contás sería algo así como la tregua en el campo de batalla, el descanso del guerrero, verdad?... es que a mitad de camino, uno también se distiende, dando paso a la calma, a lo íntimo, a la contemplación, a veces... sin tener que decir necesariamente nada, ni una sola palabra, sólo estar con el otro... presentes... respirando al mismo ritmo, apoyados uno con el otro, mirándose, o estando pendiente de esa semi rigidez que en cualquier momento ¡Oh, deliciosa expectación!, cobrará nuevamente peso, altura y consistencia. Poder tomarse ese momento de recóndito intercambio, es sencillamente sublime.
Totalmente de acuerdo.