Sí, siempre volverán, son ellos, los "letales". No necesariamente bellos, pero temibles. Temes enamorarte de ellos, temes que te hagan sufrir, temes no poder quitártelos de la cabeza, temes no pensar, temes que te miren, temes que no te miren, temes estar pendiente de sus llamados, de cada movimiento que hagan o no hagan, temes serles fiel, temes que te hagan feliz, temes que te hagan infeliz, y temes muchas cosas más porque son lo que son, adorables hombres letales que te harán sentir único, y temerosamente vulnerable.
Tenés razón querido Franco. Hasta Bernardo Neustadt lo experimentó en carne propia en el siglo pasado. Si no me equivoco, quedó documentado. Aunque claro, el desliz no mostró la potencia y el volumen que ilustra tu post. Más bien lo contrario. Te acordás?
ResponderEliminarUn abrazo.
EmeKa,
ResponderEliminarJajajaja..., sí, aunque eso no fue porque la naturaleza pujara por salir, sino más bien porque las bolas se le habían escapado
Ese afán de "escape" de esas partes íntimas, produce una sensación p l a c e n t e ra del más alto contenido erótico, estimulante, deseable hummmm. Con respecto a la foto del varón con camisa, ese "bosque de vellos" pide a gritos: ¡¡¡¡ "suelten dos botones maaaaaás !!!!!.....y yo también lo pido 🙊
ResponderEliminarYo he quedado enamorado del 48,49 ,desgraciadamente no se quien es , si lo supiera corro tras el!
ResponderEliminarMe he quedado sin aliento.
ResponderEliminarEn una sola palabra: formidable.
Ha puesto el listón muy alto.
Hello Franco magnifique exposition 2 slips bien remplis, un vrai régal pour les yeux et hélas pas pour la bouche et les doigts néanmoins j'ai un coup de cœur pour la dernière photo, bisous de Suisse Philippe
ResponderEliminarRemplace un vrai par régal
ResponderEliminar