De la belleza clásica
Contrariamente a los gustos actuales en donde el tamaño sí importa, en la antigüedad, Grecia lideró la tendencia a valorar y admirar a los penes pequeños, que ensalzaban las virtudes esenciales de la masculinidad. Por tanto el miembro pequeño era un aspecto codiciado en el macho alfa. Pues los hombres ideales eran dioses, héroes, atletas, etc., y todos ellos eran representados con genitales minúsculos y nunca erectos, mientras que las vergas gruesas, a menudo excitadas, peludas y descomunales correspondían a los sátiros o a todo tipo de hombres que de las más altas virtudes descendían a los más oscuros vicios, a la decadencia y al caos. En definitiva, el pene grande, para los antiguos griegos, describía al hombre vulgar, salvaje y bárbaro. Tantas veces nos hemos intrigado por lo excesivamente pequeños que a veces aparecen los penes de las estatuas clásicas, pero claro, lo bello, era otra cosa. La galería de hoy no olvida aquellos principios apolíneos. Veamos:
Franco cuando yo era estudiante universidario en el Otono de 1970 tenia un curso de Sociologia y en capitulo de sexologia habia la foto numero 4 de hombre y mujer que se sonreian totalmente desnudos. Cada uno estaba bien dotado. El de verga y ella de papaya y bien velludos alli.
ResponderEliminar¡Qué delicia hacer un viaje a la máquina del tiempo del erotismo! Qué exquisite ver que sí hubo tiempos donde tener biuen cuerpo no era tener pectorales inflados o una tabla de lavar en el abdomen, donde las vellosidades eran prácticamente intocables y no por una cuestión de orgullo o de moda, sino porque eran simple y sencillamente parte de la naturaleza... ¡Qué delicia confirmer que esa época sí existió! Dicen que lo retro y lo vintage siempre vuelven; ahora vemos que el look "lumberjack" toma fuerza en las barbas, pero no tanto en los cuerpos... ¡Luchemos y alabemos el delicioso vicio de los pelos y los vellos en el sexo masculino!
ResponderEliminarGracias Franco.
ResponderEliminarMe gusta esta retrospectiva que nos propones.
También la historia del erotismo nos enseña y nos causa placer.
Estoy de acuerdo contigo Manu. Por eso me agrada tu forma de pensar y lo guapo y velludo que eres.
Saludos a todos.
Uuuuufff, mi estimado Dong! Gracias por tu empatía pero lamento mucho hacer una precisión de mi persona: barbón sí soy, pero velludo... ¡No lo que yo quisiera! Tengo lo mío, pero no lo tupido que me gustaría y que me gusta admirar en otros hombres. ¡Por eso es que lo quieroz lo necesito y lo deseo! Que se cuiden los velludos que se crucen en mi camino... ¡Van a ser víctima de un acoso nada disimulado y todo atolondrado!
ResponderEliminar¡Ohhh Manu!.
ResponderEliminarDe nuevo coincido contigo. Yo también quisiera ser mas velludo. Sin embargo natura tomó otro decisión respecto a nosotros.
Me gusta lo que alcanzo a ver en tu fotografía. Y por tanto, eres admirable para mi.
Sin duda, sé que tienes lo tuyo.
Franco logra, con estas imágenes, generar un excitante intercambio de ideas y que los vellos se pongan de punta.
El año pasado -en uno de sus comentarios- afirmó que los hombres velludos son encantadores. Y estoy de acuerdo con él.
No obstante mi querido Manú, yo agregaría que por oposición los menos velludos, no son necesariamente menos encantadores.
Evidentemente para mí, aunque menos velludo, sería muy aleccionadora la experiencia de cruzarme en tu camino. Y disfrutar de ese "¡... acoso nada disimulado y todo atolondrado!."
Muy interesante, por cierto. Jajaja.
Saludos.
Pues tú dirás hacia qué sendero o por cuál camino debo dirigir mis pasos, mi estimado amigo Dong... Yo me pongo a transitar en él; ¿el resto? Sólo sera cuestión de coincidir y dejarnos llevar por el cruce de nuestras miradas... GGGGGRRRRRR!!!
ResponderEliminar¡Guau!. Así convences a cualquiera. En lo personal me gustaría tratarte mas. Me parece que eres, no solo un hombre atractivo sino también interesante. ¡¡GGGGGRRRRR!!!. Saludos.
ResponderEliminaredo.co.65@hotmail.com
(todo en minúscula y sin espacios)