LO MÁS VISTO EN ESTE MES:
Empieza el espectáculo
Desde la primera vez que, siendo niño, me fascinó el torso desnudo de un hombre, sigo asombrándome ante la maravilla de sus formas. Que un hombre se quite la camisa es algo que, al estar aceptado socialmente en ciertos ámbitos, suele pasar desapercibido. Para mí -y sé que para ustedes también- es como si me montaran el mejor espectáculo erótico del mundo.
Uuuuuuuuuuffffffff... No había visto hoy esta galería porque todo el día he estado de arriba para abajo con los preparados prenavideños; hasta esta noche he venido aquí para pedirle al buen y diligente Ortolani un vaso grande de té helado para reposar un poco y poder admirar la galería de hoy... ¡Mucho más que deliciosa! Es sencillamente cálida y emotiva.
ResponderEliminarEste año que está por terminar me dio la experiencia de haber tenido una relación relativamente duradera (digo... Dos meses son una eternidad en comparación con mis experiencias anteriores) y entre las muchas enseñanzas que me dejó está precisamente el gozar de la buena y cálida compañía de un similar con el que, si bien la atracción física sea un gancho, cuente mucho más el cálido contacto del cruce de miradas, la caricia de unos labios, el abrigo de un abrazo y el dinamismo del intercambio de ideas y experiencias. Una buena cama es relativamente fácil de conseguir; lo que sí está difícil es lograr encontrar una buena compañía... Esa convivencia constante que puede traer por consecuencia el surgimiento de la flor fragsnte y duradera del AMOR.
Si a tu lado tienes la dicha de tener a tu amor, por favor párate de donde estés después de leer esto y corre a darle un beso en honor a la bendición de haberse encontrado y estar juntos... Y si al igual que yo, estás en la espera ó en la búsqueda... ¡No desfallezcas! Si sientes que dentro de ti hay una gran carga de amor que está esperando el momento y el lugar para explotar en mil colores... ¡Dios nos está preparando ese encuentro para que sea realmente inolvidable y lo valoremos en todo su esplendor!
Como siempre, mi querido Gaucho de Oro... ¡Te puliste de una forma espectacular! No me queda más que decir lo que he dicho ya muchas veces; aunque cada una haya sido expuesta con un detonante diferente: ¡Mil millones de GRACIAS, mi estimado y supertalentoso Franco! ¡Remueves emociones deliciosas y sugerentes!