Sí, siempre volverán, son ellos, los "letales". No necesariamente bellos, pero temibles. Temes enamorarte de ellos, temes que te hagan sufrir, temes no poder quitártelos de la cabeza, temes no pensar, temes que te miren, temes que no te miren, temes estar pendiente de sus llamados, de cada movimiento que hagan o no hagan, temes serles fiel, temes que te hagan feliz, temes que te hagan infeliz, y temes muchas cosas más porque son lo que son, adorables hombres letales que te harán sentir único, y temerosamente vulnerable.
Magnificas ilustraciones de narcisismo.Pobre compensación cuando no hay con quién compartir el acto amoroso. Que es un encuentro con el Otro, una fusión.
ResponderEliminarUfff que morbazo me encantaría tener un buen pollon asi entre mis nalgas..WhatsApp 615734386
ResponderEliminarSiempre he dicho que el mejor y más honesto diálogo que uno puede establecer, sin censuras ni represiones es el que se entabla entre uno mismo y su reflejo en el espejo... Es imposible mentirle a nuestros propios ojos y a nuestra propia razón mientras le sostenemos la mirada; y si somos capaces de lograrlo... ¡Cuidado! Eso es una señal de que algo anda mal.
ResponderEliminarIndependientemente de esto yo acepto que soy vanidoso y si tengo oportunidad de verme en un espejo lo hago para revisar que todo esté en su lugar; pero por lo general siempre hago hincapié en los defectos que esa imagen me devuelve... Precisamente una de las enseñanzas que me dejó este 2014 fue empezar a verme con otros ojos y dejar de poner énfasis sólo en lo supuestamente "malo"... ¿Cuál fue la diferencia? ¿Un cambio drástico? ¿Una transformación radical? No... Simplemente me vi en el reflejo de la mirada de otro ser que me vio con cariño y aprecio sincero. Esa experiencia es un regalo que siempre le voy a agradecer a este 2014 y a ese ser que, aunque fue por poco tiempo, estuvo presente para dejarme claro qué es lo que espero realmente encontrar en este camino.
¡Muchas gracias a los dos! Y también a ti, Café VH por provocar esta reflexión a través de tan magnífico post. ¡Mil abrazos!