Encuentro en Buenos Aires

La visita a Buenos Aires de mi querido Deepsouth, viejo amigo de tantas tertulias en nuestro café, motivó el anhelado encuentro que hacía años nos debíamos los dos. Finalmente nos conocimos personalmente, finalmente llegaba ese abrazo real, después de tantos abrazos virtuales que nos hemos mandado tantas veces.
La emoción, siempre que conozco por fin a alguno de los míticos -por no decir legendarios- habitués de Café Vellohomo, es muy grande, sobre todo cuando se trata de alguien con quien se han compartido charlas acerca de temas que uno no hablaría con muchas personas, por ejemplo. Esa complicidad, cercana a la hermandad, no se propicia de un día para otro... y no siempre sucede.
Por eso, después del abrazo lógico, siguen esos momentos tan agradables donde el encuentro es la continuación de algo. Es por primera vez que uno habla con el otro y se mira a los ojos, sentados en la misma mesa tomando un café. Sin embargo nunca se siente eso, porque en realidad, es como si uno hubiera estado toda la vida con esa persona.
Fue hace una semana, el día estaba radiante, pues bajo este otoño porteño que no quiere dar la cara aún, un cielo sin nubes y un calor de verano nos hizo caminar por Buenos Aires hasta que nos sentamos en un lugar de Puerto Madero para seguir la charla.
Entonces, en un momento dado, él pareció irse de la conversación, sus ojos viajaron ávidos y se instalaron en algo a mis espaldas que yo no veía. Su expresión absorta denotaba una concentrada fijación sobre algo en particular. Sentí que estaba hablando solo. Por fin me di cuenta. Junto a nosotros, a pocos metros, un hermoso joven de pelo rojo pasaba haciendo gala de su galanura. Sonreímos cuando finalmente los ojos de mi amigo pudieron librarse del objeto de su atención.
Sí, me dije, sin lugar a dudas, estoy frente a Deepsouth.



Comentarios

  1. Franco que presentacion epistolar tan hermosa que has hecho. Como ahora estoy retirado, quizas un dia visitare a Buenos Aires y nos podemos encontrar y hablar en espanol y quizas tambien en italiano.
    En Nobiembre de 2015 visite Colombia y conoci a mi ahijada en Cartagena, todo es possible.
    Adios.

    ResponderEliminar
  2. Todo es posible, Tony, claro que sí.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Lo de la pequeña distracción no fue a propósito.... no puede evitarlo....
    Para mi, la concreción de este tan anhelado como postergado encuentro fue la continuación lógica de una amistad que se viene forjando hace tantos años ya. Y la conversación fluyó, natural y espontánea, como si nos hubiéramos visto el día anterior, retomando nuestras charlas de arquitectura, música, política y hombres. Mil gracias Franquito por tu hospitalidad.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

LO MÁS VISTO EN ESTE MES:

Miscelánea gráfica #111

Cada cuatro años

Sentir el latido