Como nunca antes en la historia de la humanidad, estamos viviendo la era del autorretrato. Gocemos de ella, pues parece no haber límites cuando de desinhibiciones se trata.
Desde la primera vez que, siendo niño, me fascinó el torso desnudo de un hombre, sigo asombrándome ante la maravilla de sus formas. Que un hombre se quite la camisa es algo que, al estar aceptado socialmente en ciertos ámbitos, suele pasar desapercibido. Para mí -y sé que para ustedes también- es como si me montaran el mejor espectáculo erótico del mundo.
Siempre es difícil afrontar una nueva semana. Vamos, ánimo, que tenemos todavía que lidiar con tantas cosas hasta el "por fin viernes...!", pero, por suerte contamos con la compañía de estos papis para que se nos haga más llevadero.
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