Sobre gustos no hay nada escrito

El dicho es famoso y a través de tantos años sigue aún vigente. Pero nada más falso que eso, porque en todas las épocas y culturas mucho se ha escrito sobre lo que nos gusta hacer, usar, comer, vestir, escuchar y cada aspecto relacionado con el placer del ser humano; desde ensayos sobre el buen (o mal) gusto hasta los más eruditos tratados de estética.
Los gustos sexuales no están exentos a esas observaciones y hoy nos ocuparemos de ellos, sobre todo de aquellos que, por lo menos para mí, son inexplicables. Sí, la frase "sobre gustos..." aplica perfectamente aquí, porque, francamente, cuando veo ciertas situaciones, me pregunto ¿qué es lo que mueve a algunas personas a sentir placer o atracción por ellas?. La actitud de respeto surge entonces automáticamente, porque el hecho de que a mí me desconcierten, disgusten -o casi repugnen- ciertas apariencias, hechos, o prácticas sexuales, no quiere decir nada, pues otro dicho muy común reza: "De todo hay en la viña del Señor". Incluso puede que se trate de mi propia cerrazón ante cosas desconocidas, prejuicios no resueltos o de orden ancestral, pero, sin embargo, me mueve aquí compartir todo esto con ustedes para saber al menos su opinión.
Tenemos de todo hoy. Sí, a mucha gente le puede gustar lo que se verá a continuación, y es que... "sobre gustos no hay nada escrito".


Empezaremos por este ejemplar de pene digno de un semental.
Sí, asombroso y hasta cachondeante, pero, ¿qué uso práctico le podríamos dar a este pedazo de carne?, porque... salvo que nos hagamos una operación de agrandamiento de ano,
veo poco práctica la realización de un coito con semejante cosa. Woof!
No sé, a mí denme un buen tamaño estándar, enseguida sabré que hacer con él.


Testículos amatambrados y, para colmo, rociados con cera recién derretida.
Ay, qué dolor.


No, no es Frodo después de que lo atacó Shelob, la araña gigante de las fronteras de Mordor,
sino un señor que la está pasando genial (pueden ver su erección) en este desesperante envoltorio de momia.


El tatuaje pueda que sea una obra de arte, pero no me deja ver el supuesto esplendor de ese trasero.


Es que con todos los tatuajes me pasa lo mismo.
Es como si tuviera que esforzarme y pasar a través de ellos para encontrarme con lo que realmente quiero ver.


Otra aversión que tengo es con los piercings. Y en los pezones, particularmente, pues me dan un poco de impresión. Me daría miedo engancharme los dientes con el metal..., y ni que hablar de que no me dejarían saborear libremente un pezón en su totalidad.


En Argentina tenemos una comida muy común y popular que es el "Matambre".
Es una capa de carne que se saca entre el cuero y el costillar de porcinos y ovinos. Se arrolla con relleno y se sujeta fuertemente con hilos para su cocción.
Este pene se exactamente como un matambre.


Combo completo: Piercing, vello rasurado y tatuaje púbico. Oich!


Lo siento, paso.


El problema con haberse puesto un Príncipe Alberto (piercing que recorre la forma horizontal del glande) es que cuando lo quitás ya nunca eyacularás por el agujero natural. 


Me pregunto si tanta sangre aprisionada no termina insensibilizando los genitales.


Hermoso hombre, lástima que nunca podremos verlo realmente desnudo.


No se puede negar que tiene cierto estilo.




Tatuajes perturbadores: ¿se podrá poner un límite o será como una adicción que no se puede detener?


Listos para gozar. O ya están en eso.


Con este tipo me daría un poco de miedo pasar la noche.



Interesantes habilidades peneanas.



Más allá de que un arma no me excita en lo más mínimo..., tampoco entiendo la bombachita rosa.


El juego del ahorcado (eso debe doler!)


Ya casi no hay sitio donde poner más tatuajes..., ¿o sí?


Jugando a Tutankamon.
(Arpad ¿tú también, hijo mío?)


Sin dudas tiene como defenderse.


Antes de hacer esto hay que asegurarse de que la gomita para respirar no esté tapada.


Más tatuajes. Tal vez alguno sea de tu agrado. Para mí son todos muy desmotivantes.


Tatuajes, cadenas y máscara tipo Hannibal Lecter. 
Lo curioso es que detrás de todo eso, parece haber un hombre hermoso.


Lo de la tablita no lo había visto nunca.


Encantos prominentes bajo la inaccesible goma (muy inaccesible)


Y cuando los años pasen y los colágenos caigan, ¿los tatuajes se verán igual?


Cuero, piercings, metales, combinados con rapadas, rasuradas, tatuajes y...
una colita de perro.
Demasiado.


Tatuajes de colores. Si fuera sólo eso..., pero ¿qué pasó con el vello púbico?


Nunca más podrá exhibir la blanca y hermosa desnudez de su trasero.


Ay...!


Pajaritos custodiando ese increíble treasure trail. ¿En serio?


Corte de vello púbico estilo Adolph Hitler.


El vello púbico rasurado (una aberración deleznable) podrá crecer de nuevo pero...
¡ese león en el muslo...!


Más pajaritos, plumitas, rayitos, flechitas, cuernitos y otras interferencias a la belleza.
(todavía queda lugar en el hombro derecho... tal vez un unicornio...)


También hay tatuajes de arte rupestre...


Directo de la inquisición.








No olvidar el detalle de la pelotita en la boca...!


Supongo que este adminículo se hará a medida...


¿¡Cómo se puede disfrutar acariciar un culo con guantes...!?


Cualquier similitud con el Chapulín Colorado es pura coincidencia.


Mismo modelito, versión azul.


Tatuaje con culpa: puesto en un lugar que no se ve


También hay para leer.





Eternamente vestidos.


Más músculos, menos vello. Todo lo que me gusta desapareció.


Especial para tiempos pandémicos.


Vine, miré, conquisté... 
(al menos el culito le quedó precioso)


Ok. También hay que desarrollar los pezones. Completamente de acuerdo.


Creo que se le fue la mano con los pectorales.


¿En serio...?


Bienaventurado el que tenga la llave...


No es lo ideal, pero al menos tiene doble salida...


Para interesados solamente en penes. (Todo lo demás no importa y lo metimos en un cajón)


Perdón, pero prefiero comerme uno de carne.

 

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