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Empieza el espectáculo
Desde la primera vez que, siendo niño, me fascinó el torso desnudo de un hombre, sigo asombrándome ante la maravilla de sus formas. Que un hombre se quite la camisa es algo que, al estar aceptado socialmente en ciertos ámbitos, suele pasar desapercibido. Para mí -y sé que para ustedes también- es como si me montaran el mejor espectáculo erótico del mundo.
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Miscelánea gráfica #125
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Delicia!! Estas fotos son de la época cuando se produjo esta frescura de afeitarse el cuerpo masculino.
ResponderEliminarQue tiempos aquellos!!! Yo diría que era la época donde los hombres conservaban la pelambrera que la naturaleza les dió.
ResponderEliminarEstos tipos la estaban pasando bomba. Me gusta el grupito que juega al gallito ciego.
Besos.-
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ResponderEliminarEstas fotitos... ¡claro que están en un álbum familiar! Pero en el que está debajo del colchón del tío Carlos y que él saca sólo cuando papá, abuelo, hijos, nietos y sobrinos van a visitarlo allá a la finca en el campo donde él ya vive sólo con sus trabajadores... este álbum no sólo sirve para evocar recuerdos; ¡también para tomar referencias!
ResponderEliminarParticularmente me gustan esas imágenes setenteras con bigotes, patillas... ¡y hombrías exhaltadas! Como decía un cómico muy querido de mi país: "¡Qué bonita famila! ¡QUEEEEEEEEE bonita familia!
¡Mil besos y dos mil abrazos para cada uno de ustedes!