Sí, siempre volverán, son ellos, los "letales". No necesariamente bellos, pero temibles. Temes enamorarte de ellos, temes que te hagan sufrir, temes no poder quitártelos de la cabeza, temes no pensar, temes que te miren, temes que no te miren, temes estar pendiente de sus llamados, de cada movimiento que hagan o no hagan, temes serles fiel, temes que te hagan feliz, temes que te hagan infeliz, y temes muchas cosas más porque son lo que son, adorables hombres letales que te harán sentir único, y temerosamente vulnerable.
Deliciosa galería, muy motivante en estos tiempos de encierro.
ResponderEliminarMe deslio.....
ResponderEliminarmiam, miam, miam
ResponderEliminarFabulosas vistas, tengo alterados mis bajos despues de tanta bellezs
ResponderEliminarSoy un sensualista confeso: y al ver tu propuesta de hoy se me hace fácil coincidir, solo tengo que añadir, que muchos de los sujerentes pormenores me recuerdan... Cuando después de un lance sexual, en el remanso de la pos eyaculacion, contemplas en el cuerpo del otro y en el propio algunos detalles de estos, y en la neblina del sensual placer me gusta usofruir del regalo que representan para los sentidos. Detalles que guardas en tu memoria, que cuando reaparecen estimulan la libido.
ResponderEliminarGracias, This is not Sparta, Robin, Philippe, Alquimista, Waufrid... por los entusiastas comentarios. (veo caras nuevas por aquí, bienvenidos!)
ResponderEliminarWaufrid, es tal cual describís. Y es en ese "remanso" al cual descendemos de a poco, en el que pareciera que nuestra sensibilidad o nuestro poder de captación está amplificado, y podemos apreciar los pequeños (y grandes!) detalles que el amante nos ofrece, tal vez sin darse cuenta..., hay tanta riqueza en esos registros...