Desde la primera vez que, siendo niño, me fascinó el torso desnudo de un hombre, sigo asombrándome ante la maravilla de sus formas. Que un hombre se quite la camisa es algo que, al estar aceptado socialmente en ciertos ámbitos, suele pasar desapercibido. Para mí -y sé que para ustedes también- es como si me montaran el mejor espectáculo erótico del mundo.
Se dice que una cara sin bigote es como un huevo sin sal. La aparición de la pelusilla en la cara de un muchacho es la primera muestra visible de su virilidad (la otra más abajo no se ve). Bigotes poblados, ralos, exuberantes, finitos tipo Adolphe Menjou de los años 30, en pareja con la barbilla para formar el "candado", tienen la gran virtud de hacernos esas cosquillitas deliciosas al besar. Hasta se los alaba en "Cosi fan tutte", mejor elogio no hay.
ResponderEliminarFabrice
Un incentivante atributo masculino que imprime carácter al rostro.
ResponderEliminarTan bien pusto encima del labio superior, que algunos lo utilizan como complemento erotizante en partes sensibles.
Otros nos lo dejamos de jóvenes para realzar la masculinidad.
Nunca deja indiferente, como podemos ver en esta serie tan sugerente y ecxitante de hoy.
Test
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