Átame

Para muchos aberrante para otros excitante o por lo menos interesante, el componente erótico y estimulante del bondage reside en la liberación mental proveniente de la cesión de la responsabilidad y el ejercicio de la vulnerabilidad.
Consiste en dejarse atar parcial o totalmente para llevar a cabo los más indecibles clímax sexuales.
Es alcanzar una profunda confianza a través de esa entrega absoluta, un concepto casi poético en virtud de alimentar el arte de hacer el amor. 
Los orientales -¿cuándo no?- tuvieron mucho que ver con la historia del bondage que proviene del castigo marcial japonés denominado Hojojutsu. En este, los guerreros ataban a sus prisioneros mediante la inmovilización y la práctica de castigos sexuales. ¡Vaya!


Provenga de oriente u occidente, en el juego, la persona inmovilizada confía a otra u otras la capacidad de acción sobre su cuerpo sin más opción que la liberación de la mente y sus preocupaciones. Y aunque parezca difícil de creer el objetivo es lograr una sensación de tranquilidad provocada por la inhibición del control, sumada al deseo provocado por la dominación, permite a la persona inmovilizada dejarse llevar, pudiendo ejercer así el abandono erótico de su cuerpo. 
En la excitación intervienen también un sinnúmero sensaciones físicas como la presión de la cuerda, el roce con ciertas zonas erógenas o incluso la abrasión producida por la cuerda al desplazarse sobre la piel.
La segregación de hormonas como la adrenalina, generada por la sensación de peligro simbólico, o de la oxitocina, provocan las sensaciones de excitación, tranquilidad y el placer.
Creo que para los que no poseemos el hábito de disfrutar nuestras relaciones por este medio tenemos bastante que aprender sobre esta "tranquilidad", tan contraria a lo violento que supone el hecho de quedar a merced de la voluntad del amante.




































































Comentarios

  1. The tiny twink eats as much meat as he can, then Alex helps him out with a ferocious face fuck, grabbing Gray by the hair and hammering him down on his hog. Raging hard, Riley pushes the pretty boy down on the bed for a sloppily, slurptastic suck job.

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  2. Un gran tema, y agradezco que no fribroliceis sobre el.
    Sabemos mucho de la higiene de nuestro cuerpo, pero todavía no lo sabemos todo. Y si pensamos en la higiene de nuestra mente, el resultado es casi nulo.
    Sin embargo se está vislumbran do que la (sumisión y la dominación) son el agua y el jabón para la higiene mental, y no es casual asociarlo a la actividad más primordial de nuestras vidas (el sexo) por ser el factor principal del mantenimiento de la especie.
    Disculpar mi comentario, pero tanto el reportage de hoy, como su resultado es un tema muy apasionante para mi.

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  3. Aunque el bondage se pare sexulamente atractivo no me gusta ni hacerlo ni recibirlo. Lo siento.

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  4. Waufrid,
    no hay por qué disculparse, amigo, tu comentario es realmente muy interesante y da una posición muy auténtica y personal sobre el tema.
    Nunca he practicado esto, pero el tema me seduce, sin mencionar el morbo que me dan algunos videos de hombres atados que quedan a merced de sus amantes y cómo la situación va cambiando de desesperante a excitante a mil.
    A lo largo de mi relación y trayecto sexual con mi compañero de 15 años, ambos hemos incursionado y explorado muchas formas de sexo que exploran más allá de lo convencional. Yo mismo me he asombrado de tantas prácticas que ni siquiera imaginaba que podrían seducirme. El bondage tal vez podría ser la próxima, por qué no. Y acá valoro tanto la importancia de una relación estable donde, a través del amor y la confianza mutua, pueda afianzarse la búsqueda constante de nuevas formas de alimentar el goce sexual. No son cosas que podrían surgir a partir de encuentros circunstanciales, para nada.

    Tony,
    perfectamente comprensible, como todos los posibles y diferentes caminos que uno prefiera seguir en su vida sexual, por supuesto.

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