De la belleza clásica
Contrariamente a los gustos actuales en donde el tamaño sí importa, en la antigüedad, Grecia lideró la tendencia a valorar y admirar a los penes pequeños, que ensalzaban las virtudes esenciales de la masculinidad. Por tanto el miembro pequeño era un aspecto codiciado en el macho alfa. Pues los hombres ideales eran dioses, héroes, atletas, etc., y todos ellos eran representados con genitales minúsculos y nunca erectos, mientras que las vergas gruesas, a menudo excitadas, peludas y descomunales correspondían a los sátiros o a todo tipo de hombres que de las más altas virtudes descendían a los más oscuros vicios, a la decadencia y al caos. En definitiva, el pene grande, para los antiguos griegos, describía al hombre vulgar, salvaje y bárbaro. Tantas veces nos hemos intrigado por lo excesivamente pequeños que a veces aparecen los penes de las estatuas clásicas, pero claro, lo bello, era otra cosa. La galería de hoy no olvida aquellos principios apolíneos. Veamos:
Salut Franco merci pour cette superbe série de photos en noir et blanc c'est vrai que tout l'érotisme passe mieux par le noir blanc la finesse des traits des détails une réjouissance pour les yeux belle journée chez toi bisous coquins de Suisse Philippe
ResponderEliminarSon bellísimas imágenes que me retrotraen a una época retro que no se tenía acceso a las mismas. Mucho menos verlas en imágenes por cualquier medio escrito o en la Tv.
ResponderEliminarDISFRUTO MUCHO Y CON PLACER VISUALIZO TODO EL MATERIAL QUE UD SUBEN A ESTA WEB...
Espectaculares imágenes. Lo máximo y con ese efecto luz, black & white el resultado es óptimo.
ResponderEliminarFelicitaciones especiales Franco por la 1a. foto. Sabes que me fascinan esos primeros planos y la foto de esa felatio wow wow
Comparto el.placer del blanco y negro, comoletamente
ResponderEliminarGracias por cada comentario!
ResponderEliminarLa primera foto no ocupa ese lugar por casualidad, sino porque me pareció perfecta para encabezar (nunca mejor dicho) toda la galería. Simplemente es de una belleza atrapante. Hay allí, magistralmente expuestas, cuatro texturas, cada una de ellas es alucinante y bella, desde el corrugado del glande, sombreado conforme la delicada forma se perfila bajo la luz; pasando por la del tronco, firme, consistente, llena de venas y accidentes sinuosos; continuando por la hermosa textura del escroto, contraída y homogénea; sobre el fondo velludo del muslo, algo más desenfocado por quedar detrás. Cada una de ellas, bien definida y distinta, conformando un conjunto que nos quita la respiración y nos activa las glándulas salivales. El blanco y negro sostiene todo eso de una manera cautivante y artística.
Q bien relatado, un blanco y negro con textura aroma y aventuras en distintos paisajes
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