Duchas (muy) calientes

Sentimos el constante fluir de la regadera, el ruido del agua chocando en el piso, dejamos que el vapor nos envuelva, percibimos el calor antes de entrar en él, nos dejamos llevar sobre el más vulnerable temblor de libertad que nos da la desnudez, experimentamos los olores, los sonidos, la reacción de nuestra piel y de los demás sentidos. Nos sumergimos exhalando gozo, incluso imperceptiblemente. Nos miramos y miramos a nuestro alrededor, sumidos en un edén casi de ensueño. Nos tocamos, nos acariciamos, sabiendo que en este sitio cada tabú cultural está permitido y ninguna prohibición lo alcanza. Hacemos del agua y del jabón aliados para nuestro placer. Nos dejamos confundir por el entorno y lo compartimos tácitamente con quienes tal vez nunca crucemos palabra alguna, sabiendo que en ese momento tendremos la mayor de las intimidades.

Metámonos en estas duchas calientes, las toallas estarán listas en el próximo post.










































Comentarios

  1. Me gusta mucho compartir la ducha, ya sea en cualquiera de sus formatos, en casa, en los vestuarios

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    1. Sí, a mí también, por supuesto. Disfruto las duchas desde que era un chico que pudo colarse en los vestuarios de los varones adultos..., qué placer y que mundo para descubrir entonces!

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  2. El agua actúa como un despertar de los sentidos. Magnifica selección Franco. Gustos compartidos. Un abrazo de agua y vida.

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    1. Gracias, Germán, cuando quieras, nos duchamos juntos. 😜

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  3. Exquisita la experiencia de duchas. Recuerdo varios momentos bajo la regadera en grupo de 4, 5 o 6 en que "faltaban" ojos para recrear la vista. Eso si sin poder hacer "nada" por ser un ambiente militar; pero con más de alguno me tocó " compartir" lejos de ahi. Recuerdo también y como le comenté a Franco en una oportunidad, haber visto casualmente a un jugador de Rugby ( parece que argentino) a punto de ducharse. Todo lo anterior, en los Rgby seven a side que se hacían en el Mackay School de Reñaca....

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    1. Creo que no encontraremos aquí a quien nunca haya tenido algún tipo de experiencia en las duchas. Especialmente las duchas en los vestuarios, el club deportivo, el colegio y otros tantos ámbitos donde las situaciones están a un milímetro de pasar el límite de lo erótico, lo sensual o aún más. Todos tenemos recuerdos de aquellas duchas de la primera juventud, y que por lo general, son imborrables.
      Después, en nuestras fantasías, completamos aquello que tal vez no pudimos concretar entonces..., el jugador de Rugby, el amigo de papá, el policía masculinísimo que tuvo una media erección, y tantos otros personajes dignos de relato erótico....
      Y las que sí se han concretado... AH!, nadie nos las quita...!

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