Domingo vintage

La historia de Mel

Mel Roberts nació en Toledo, Ohio, en 1923. Aún adolescente, comenzó a crear sus propias películas caseras en 16mm usando a sus amigos como modelos. En 1943 fue reclutado en el ejército, combatió en la 2ª Guerra Mundial y fue camarógrafo en el Pacífico Sur, trabajo por el cual fue dado de baja con honores. Fue entonces que se trasladó a California para estudiar cine, graduándose en 1950 en la Universidad del Sur de California con una Licenciatura en Cine.

Se involucró con la militancia de la Mattachine Society, una de las primeras organizaciones políticas del movimiento gay recientemente formada, y vivió abiertamente como hombre gay.

Roberts tuvo su primera cámara Rolleiflex en 1953 e inmediatamente comenzó a tomar fotografías a sus amigos y amantes. En 1962 logró publicar sus primeras fotos en la revista Young Physique que marcó su éxito comercial, convirtiéndose rápidamente en uno de los fotógrafos de desnudos masculinos más buscados y destacados de la época. Reconocido en Estados Unidos y Europa, publicó su primer libro “Mel Roberts 'Boys” en 1967.

Roberts sufrió entre 1977 y 1992 una serie de allanamientos en su casa de Los Angeles en los cuales se le confiscaron innumerables trabajos, equipos fotográficos y las listas de correos de sus clientes. Aunque no se presentaron cargos penales a raíz de estos traumáticos hechos, y a pesar de que se le permitió volver a su propiedad confiscada, Mel Roberts decidió retirarse de su carrera profesional como fotógrafo en 1981.

Con la excepción de unos pocos fotoramas que fueron publicados en el libro Male Bonding Vol. II de 1998, su trabajo fue casi invisible durante dos décadas.

Mel Roberts falleció en agosto de 2007, a los 84 años. Su actividad como fotógrafo duró más de 40 años y refleja la creciente libertad visual de la década de los años ’60 y ’70 en California. Sus retratos de hombres jóvenes se caracterizan por sugerir un viaje de auto descubrimiento, en una época en donde el límite entre homosexualidad y heterosexualidad se solía reprimir tras un velo de total desinformación y era objeto de grandes prejuicios.  Estos retratos son una celebración de la libre expresión y de la esperanza de una vida sin preconceptos ni censura.