Desde la primera vez que, siendo niño, me fascinó el torso desnudo de un hombre, sigo asombrándome ante la maravilla de sus formas. Que un hombre se quite la camisa es algo que, al estar aceptado socialmente en ciertos ámbitos, suele pasar desapercibido. Para mí -y sé que para ustedes también- es como si me montaran el mejor espectáculo erótico del mundo.
¡¡El 6 tiene un rabo precioso!!
ResponderEliminarEstos cuerpos masculinos de hombres normales, de la calle, en un ambiente natural, hace que su belleza resplandezca enormemente. Gracias Franco!
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