Hoy refleja la época en que al sexo, tenía su aliciente clandestino. Y también en cualquier sitio, era bueno.
Se sabía encontrar lugares en el campo, que añadía el suspense de oculto, y a veces intuir la morbosidad de ser observados ocultamente. Pero todo era realmente excitante y sensual...
Crecí sexualmente bajo esa clandestinidad. Terrible y determinante por un lado, pero altamente morbosa por otro. Se pasaba de los más insospechados sitios públicos al resguardo de aquellos bien ocultos. Lo que está prohibido será siempre un atractivo imparable. Y aunque se sufría mucho con eso, había dos caras de la misma moneda, había veces en que, pienso, uno buscaba ese peligro de ser descubierto como disparador de la más aventurera excitación. Franco
Desde la primera vez que, siendo niño, me fascinó el torso desnudo de un hombre, sigo asombrándome ante la maravilla de sus formas. Que un hombre se quite la camisa es algo que, al estar aceptado socialmente en ciertos ámbitos, suele pasar desapercibido. Para mí -y sé que para ustedes también- es como si me montaran el mejor espectáculo erótico del mundo.
Hoy refleja la época en que al sexo, tenía su aliciente clandestino.
ResponderEliminarY también en cualquier sitio, era bueno.
Se sabía encontrar lugares en el campo, que añadía el suspense de oculto, y a veces intuir la morbosidad de ser observados ocultamente.
Pero todo era realmente excitante y sensual...
Crecí sexualmente bajo esa clandestinidad. Terrible y determinante por un lado, pero altamente morbosa por otro. Se pasaba de los más insospechados sitios públicos al resguardo de aquellos bien ocultos. Lo que está prohibido será siempre un atractivo imparable. Y aunque se sufría mucho con eso, había dos caras de la misma moneda, había veces en que, pienso, uno buscaba ese peligro de ser descubierto como disparador de la más aventurera excitación.
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