Destacado de hoy


Esperándote en la escalera

Comentarios

  1. Ninguna prisa en subirlas. Merece la pena disfrutar de cada escalón.

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  2. Què alegria de recibimiento, si lo hubiera sabido venía antes: solo verlo mi ropa cae al suelo, y así estamos en igualdad de condiciones.
    Ya podemos disfrutar del saludo manutino, rozándonos los cuerpos, donde las manos y las bocas se hacen protagonistas, asistidos por los roces a la subida de cada peldaño.
    Podría parecer qué ha sido una escalinata, por lo de tantos besos y caricias.
    Y si alguien nos ha visto, seguro que se habrá empalmado como nosotros...

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  3. Los he visto. O los habré imaginado…
    No lo sé. Pero gozo con la idea de un encuentro de tres.
    Ya en el interior, los tres desnudos, sacándole los lentes a él, que nos ha leído cien poesías.
    Y ahora ese encuentro carnal y tibio de pieles erizadas conectándose en cada centímetro cuadrado.
    El dulce aliento acelerado y corazones aumentando sus latidos.
    Manos ocupadas que van de un lado a otro. Dedos curiosos que inquietan, y penetran, pimpollos que se abren encarnados, mástiles que afloran de los mares velludos y revueltos.
    Todo es ternura. Todo placer y movimiento. Confusión, sabores y desvelos. Arden nuestros cuerpos de deseo, quema el placer, un cuerpo se funde en otro cuerpo y otro más, y todo, todo es uno solo.
    Hasta que casi sin querer y sin poder frenarlo, chorros de perlados sémenes emanan nuestras fuentes clandestinas.
    Cuánta humedad. Cuánta dulzura. Cuánta garganta al rojo vivo.
    Y por fin la sed saciada …

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