Pelos y personalidad
No estamos atravesando precisamente la era del bigote y quienes han visto el último post de la sección "Domingo vintage", comprenderán por qué lo digo. El bigote no está de moda, y es muy raro ver hoy en día hombres que ostenten sólo esa franja de pelos en su rostro. Si hoy hubiese que identificar una tendencia, ésta sería la de la barba de dos o tres días. Es el reinado que nos toca vivir, y del que -como ya dije- no reniego para nada. No hay como deleitar nuestra vista con un macho que lleva esa "cuidada" apariencia de descuido y desprolijidad, en otras épocas inaceptable.
Pero el bigote no deja de ser un tema interesante a la hora de discutir gustos. Hay quienes los adoran y los consideran un signo inequívoco de masculinidad, como atributo propio de los machotes, los uniformados, policías, y otras asociaciones semejantes en la vasta galería de los "viriles", esto es con el consabido y correspondiente morbo a cuestas. Pero están también aquellos que no pueden soportar su existencia.
Es bien cierto que hay bigotudos a quienes no podríamos imaginar sin sus característicos mostachos, y podríamos hacer aquí una larga lista. Por otro lado hay hombres que por llegar a tener solo un atisbo de sombra oscura sobre sus labios, nos provocan una molestia tal que se podría comparar con escuchar a una orquesta totalmente desafinada.
Y es que portar ese llamativo adminículo piloso, significa también combinar ese rasgo con otros que tienen que ver con la expresión, con las formas y ángulos de las facciones del rostro, y, en definitiva con nuestra personalidad. Pues como todo conjunto de pelos en la cara, que puede modelarse, recortarse y modificarse a capricho, no se trata de un adorno superficial, sino de algo que formará parte importante de algo más complejo.
Hablando ya fuera de los usos y costumbres en boga actualmente, creo que aquello que determina si a una persona le queda bien o no el bigote sigue siendo algo misterioso, por lo menos para mí. Pero cuando uno está frente ante un macho que tiene sus bigotes bien puestos... la sensación puede estar próxima al infarto nuestro de cada día. Muchos, entonces, necesitarán hacer uso del desfribilador hoy. Otros, en cambio, seguirán tomando su café, como si nada.
De todos modos, y en todo caso, la galería de hoy sigue siendo disfrutable para todos. Eso espero.
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Qué maravilla... en verdad fue emocionante ver como apertura a uno de los hombres más hermosos que ha dado mi tierra, mi más que hermoso EDUARDO CAPETILLO... verlo de nuevo en la #47... y como un gran ejemplo para ilustrar un tema tan masculino! VIVA MÉXICO, CABRONES!!!
ResponderEliminarPero no le quito ningún mérito al resto de los caballeros que aquí aparece; aquí está el clásico por el que preguntaron hace tiempo, el siempre delicioso ANDRÉS GARCÍA en la #48 (ese te lo dedico a tí, Turco!). Además, me matan de placer el siempre suculento BRUNO BOND en la #13, el campestre #18, el tierno #26 (ese cuello, ese cuello... continuación de ese bigote prometedor), el dadivoso #27, el clásico #30-31, el asoleado #32, el seductor #40, los glotones #42, la serie de estrellas que adornan más este cielo de la #44 a la #46 (empezando por SIR SEAN... señorón! no podría faltar, por favor... y nunca había visto a EDUARDO NORIEGA con bigote, ¡cómo cambia!... y otro gran clásico: FRANCO NERO! Por supuesto!), el elegante #51, el intrigante #52, el glorioso #53 (con la mano que tiene en el hombro... acaso no se ve que está en la Gloria?), el relajado #54, el misterioso #57 (qué ojos! y con bigote... qué remate!), el sorprendido #59, el juvenil #62 (me encantó su aire relajado), el siempre suculento TOM SELLECK en la #64 y el gestoso #65... ¿cómo no disfrutarlos? Además, señores, llegan tarde al café y le dejan a uno solo en el buffet... después del Grill de ayer sólo les puedo decir, hermanitos Zipi y Zape... ¡me tienen volando entre las nubes y me llevan a la luna!
Y ya para terminar sólo puedo decir que el bigote nunca pasará de moda ni dejará de ser lo que es cuando está bien llevado... ¡un supremo sello de masculinidad! ¡Brillante y delicioso!
Ahora con su permiso... voy a arreglarme un poco con toda esta rica variedad de cepillos, brochas y pinceles... ¡voy a quedar BIEN PULIDO! jeje...
¡Mil besos a todos! Y Franco... ¡qué más puedo decirte!
Pues sí, una pena que el bigote no abunde más; pero tal vez sea mejor así para que cuando veas uno lo aprecies más; las especies en peligro de extinción hay que cuidarlas.Yo también soy un enamorado de los hombres con bigote, creo que es el "elemento" que mejor representa la masculinidad.
ResponderEliminarEs que es ver a un tío con bigote y como dice Franco se me "nubla el sentío"
Gracias por estas fotos
Delicado asunto el del bigote.
ResponderEliminarDicen que la tendencia es que vuelva, pero ya veremos; no apuesto que ese “revival” arraigue… no veo yo a los celéricos y cibernéticos jóvenes de hoy (sueno a abuelete, pero es que ya tengo edad) con la paciencia suficiente para cuidar como es debido ese complemento piloso.
El bigote es muy restrictivo: requiere muuuuchos más cuidados que la barba, vg: a los fumadores se les tiñe de nicotina; un resfriado puede arruinarlo al dejar “colgando” su desagradable presencia; a partir de una edad, el “salypimienta” de las canas puede ser precioso u horroroso… La barba puede llegar a ser “megaasilvestrada” y provocar un morbazo animalesco tremendo; un bigote descuidado “ensucia” y degrada, irremisiblemente, la imagen de su portador.
De la magnífica galería destaco a Perry King (mellizo, gracias: qué “momentazo vintage”!!!) y, personalmente, al gran Freddy Mercury: era habitual en el pueblo de mis veraneos preadolescentes, maravillosa persona, todo simpatía y luz; la imagen de un hombre a un bigote pegado. Sin él, su rostro perdía toda la magia. Claro ejemplo de aditamento imprescindible por favorecedor.
Y anoto -sin reproche alguno a este irreprochable post- una personal ausencia: Clark Gable; otro claro ejemplo de magia mostachuda.
Repito: difícil asunto… a pocos les favorece, pero al que le sienta bien… me puede arrasar.
Lo que no dije en el post y que no me parece detalle menor.... es lo glorioso que puede llegar a ser el sexo oral viniendo de un individuo con abundantes mostachos.... sólo imaginen sentir la caricia de un bigotazo recorriendo nuestro ano, unido al calor húmedo del aliento deseado, el contacto suave, sutil de la lengua emergiendo desde las profundidades de ese cepillo incomparable y productor de indecibles delicias. Dulce tortura, erizadora herramienta, pelos que se unen a más pelos.... ah.....!
ResponderEliminarBueno, he aquí una de las sublimes utilidades del bigote. Las posibilidades son interminables.
Me gusta el bigote. Algunos modelos de bigote si, otros no tanto. Por ejemplo el de Dali, me resulta gracioso mas que sensual. Del resto, hay un amplio abanico, los cuales me provocan mucho, poco o nada.
ResponderEliminarPor ahi he visto una foto de un tertuliano con unos mostachos modelo '80 que son de infarto. Un angel, una criatura celeste con bigote como manijas. Franquito...te imaginás a quien me refiero??? Apuesto a que si, jejeje...
Mozo...no Ortolani no...aquel otro. Hoy quiero que me atienda el morocho de bigotes....
Besos.
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ResponderEliminarYa les contaré sobre qué anduve haciendo ayer en Kadú, pero bien me llevaría allí o al reservado de ste café tan acogedor a los bigotudos #3, #5, #13, #17, #22, a Luisito Tosar y Capetillo (#12 y #47) con quienes ya me une una larga relación y, a Capetillo, mi papi Manu me lo consigue ¿cierto papi? porque tenemos que compartirlo juntos porque somos familia... y a Mr. Pectorales #23, a los dos amiguitos en fotito de reencuentro #33 (¡Qué bombones violables!) y ME-MA-TAN esos bigotazos GIGANTES (¿recuerdan que me gusta lo extremo, verdad?) de Mr. Peludísimo #25 y #28 (¿es el mismo, no?) y Mr. Daddy Peludísimo #36 y #37.
ResponderEliminarpor favor, pode publicar o meu blog aí no seu: www.adrianoeantino.blogspot.com
ResponderEliminarFranco,realmente un hombre con bogotes es muy sexy y si es totalmente peludo es la gloria, sentir todo ese pelo en el cuerpo(en especial un buen bigote) te puede llevar al cielo....
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