Domingo vintage

Galería en blanco y negro































Comentarios

  1. Bueno parece que la resaca vino con todo, y no es para menos con el fiestón que organizó Franco. Ya lo creo que no repara en gastos a la hora de los festejos.

    Perdón por no haber venido ayer. Me fue imposible. Les cuento que la pasamos bomba con Colby y Josss. Que te cuente el de Valdecans sino. Bah..espero que se acuerde porque después de tanto cava catalán….pues no se. Si Turco, viste bien, después de tu discurso número 34.

    Les cuento que al llegar al Teatro me detuvo un piquete y no me querían dejar pasar. Quiénes eran? Y quiénes iban a ser…los Orange y los Borbón y Grecia. Claro ellos querían entrar y no estaban invitados. Manga de parásitos, vayan a laburar…les gritó la multitud. Le tironearon la capa a la Doña Sofía y los collares de perlas a la Princesa Máxima de Barrio Norte. Apareció Don Juan Carlos con algo que no eran muletas sino una escopeta para cazar elefantes. Ahí me agache, escapé de la turba y gateando pude llegar a la entrada. Bueno, un poco magullado, pero entre y disfruté de la noche como el que mas. Feliz, feliz de pasar semejante velada con los compañeros de Vellohomo y por ver la coronación del Turco. El se lo merece.

    Bueno, no me queda mas que agradecer a Franco por el concurso que nos dio la posibilidad de leer y releer el blog, de una manera original y divertida. Franco, sos único, el mejor.

    Con respecto a los chicos Vintage, los de mi sección favorita, viendo las fotos de hoy reafirmo que pubis viriles eran los de antes. Esos si que eran pubis.

    Besos para todos.

    ResponderEliminar
  2. “De mayor, no quiero ser viejo quiero ser vintage”

    Esta sección de VH tan evocadora, y de provocadora añoranza, me resulta tan grata. Pues además de sacar a la luz tantas pixeladas cual antiguas pinceladas, de hombres tan masculinamente guapos y de excitadora desnudez, me provoca el rescate de esos oníricos sueños que hoy se vuelven realidades.

    Sí, de esos hombres escondidos de rostro serio y sereno, que se despojaban de sus ropas y mostraban en estudiada o descuidada pose los símbolos antes sólo imaginados de su hombría.
    Imágenes ya no con olor a naftalina y guardadas en el rincón más lejano del hermoso ropero del os abuelos, (siempre calientes cuanto más pudorosos). Imágenes ahora catalogadas como “vintash”, y que han venido a ser como su etimológica raíz vendimia, la expresión del profundo deseo humano de saborear lo exquisito de lo añejo.

    Un ¡BRAVO!, para todos aquellos que se han atrevido a dejar constancia de lo que han sido, pero en especial al no. 39, por su reposada, tensa y expresiva masculinidad, al 26 por que me despierta el deseo de un añorable abrazo, a los del 19, por el desenfadado gesto de expresar ternura si dejar de ser hombres, y al 28 porque ¡eeh!. Por qué se me antoja. ;-)

    ResponderEliminar
  3. Me he enamorado del número 3. Nunca averigüé cómo usáis los números, pero para mí este será paa siempre el número 3. Ay...

    (bueno, como no puedo ser fiel, por ahí, haciendo un poco de scroll, han aparecido un par de pezones que también me han robado el corazón, pero eso ya era mucho contar...)

    ResponderEliminar
  4. Hola amigos!

    Sí menudo resacón Eme Ka!!! Colby? tú? yo?... madre mía... no me acuerdo de nada!!! jajaja... Lo que sí recuerdo era repetirte constantmente que mi pueblo se llama Viladecans y no Valdecans, pero veo que tampoco te acuerdas tú de eso... jejeje...

    Pues a mi el culo del Sr. de la foto 5 me mata... Y, como dice Don Pepe, a mi también me ha encantado el Sr. de la imagen 26, por su hombría y, a la vez, su enternecedora cara y mirada que dan ganas de abrazar. Nada mal tampoco el Sr. de la imagen 36...

    Un abrazo a todos!


    josss...

    ResponderEliminar
  5. Eso, Viladecans. Ves Josss, la culpa es del cava, que aun me dura la resaca.

    Pero lo que si me acuerdo bien son la cantidad de guarradas que hicimos tu y yo con Colby. Y no lo puedes desmentir, que nuestro monarca de turbante nos vió. Claro, además de todo el Turco es mirón, jejeje...

    Besos Josss, perdona por confundir el nombre de tu villa, ehh...

    ResponderEliminar
  6. jajaja...

    Calla, calla Eme Ka, que ya me acuerdo... jajajaja... sí, el cava hizo de las suyas, no recuerdo nunca lo mal que me sienta!

    No hombre tranquilo, si con lo feo que es mi pueblo... puede que hasta le fuera bien un cambio de nombre... jejeje

    josss...

    ResponderEliminar
  7. Pues yo, como es domingo (ya sabéis, el día en que saco a pasear mis oligofrenias) y, encima, vengo resacoso del fiestón (¡Joder! el tuxedo de CH -sí, cambié a última hora, gremialismo obliga, ejem...- acabó hecho girones ¡y no se quién fue!) me he dedicado, como decía, a una de mis gilipolleces dominicales:

    ¿Os habéis fijado que, de 39 tipos, 11 llevan bigote? Sí, sí: ¡once!

    Es otra de las cosas que ya casi sólo vemos en estos vintages, pues, a pesar que la moda acabó siendo un blucle infinito de sucesivos plagios (sí, eso que llaman, eufemísticamente, "revivals" o, peor y con más descaro, "inspiraciones") en cambio, casi no se ven mostachos hoy día.

    Y puestos, pregunto a a la parroquia: ¿alguno de vosotros luce bigote?
    No, no por nada especial, simple curiosidad oligofrénica...

    P.S: En cuanto a los "royals", suerte que se les impidió el acceso, en especial a los duques de Palma, porque nos hubiésemos pasado la noche mano en bolsillo controlando nuestros billeteros...
    Asquito monarquías gorronas...

    Aunque, claro, te llega por mail, así, sin avisar, alguna foto de "Familia Presidencial" y, del susto, es como para morir de disentería...

    ResponderEliminar
  8. No Hairy, yo no uso ni usé nunca mostacho. Ni barba siquiera. Me provoca picazón insoportable.

    Pero adoro ver mostachos y barbas. Mas o menos tupidas, no importa. Cuidadas o descuidadas, lo mismo es. Colby con barba es mucho mejor.

    Besos.

    ResponderEliminar
  9. Mmmm si yo. A lo puro mexicano, me dejé el bigote desde las pasadas fiestas de independencia.

    Mi bigote se rebela a trasquilarse con insistencia, tras advertirme las miradas de reojo,
    que provocan primero un sonrojo, para que en audaz tempo lento y majestuoso, dejen en tempo prestissimo sólo una sonrisa.

    Hasta pronto.

    ResponderEliminar
  10. Salú la barra, como diría Luis Tosar, je.
    Perdonen que no he estado mucho por aquí, pero es que tenía la boca llena y las manos ocupadas (además de otras cosas).
    Preciosos comentarios, como siempre. Es como comentaba a un amigo el otro día... yo tendría que recopilar todo esto y hacer un libro...!
    Bigotes??? Sí, es verdad que ya no se estila. No tanto ahora, pero hasta no hace mucho, en Buenos Aires, los únicos bigotudos que se veían por la calle, eran los canas, o sea, los policías. Como no les permiten usar barba, creo que una manera de canalizar su vocación de autoridad (ejem), es dejándose el bigote. Era común ver unos machotes morochazos con un negro bigotazo surcando la cara, enfundados en su uniforme y botas de cana.
    Leyendo pues estos comentarios no pude evitar recordar una de las más eróticas duchas que tuve un día en un sauna. Frente a mi ducha, pero en diagonal, se duchaba uno de estos morochazos con oscuro mostacho, como si estuviera en un club cualquiera, muy en onda macho y heterazo. No me miraba nunca a pesar de que yo me enjabonjaba siempre ahí y a 1km por hora. El cabrón nunca se dio por observado ni tampoco insinuaba algo más fuera de estar concentrado en su tarea de higienizarse bajo el agua. Pero... como al minuto 24, (sí, la ducha fue larguísima!), algo en él reaccionó... y adivinen qué parte.... exacto!, su hermosa y peluda verga empezó a dar corcoveos y entre latidos, lentamente y a través de varias enjabonadas, enjuagues... ya se pueden imaginar... fue cobrando volumen a tiempo que perdía blandura. Solos, sin nadie alrededor. Sin decirnos palabra, sin mirarnos jamás a los ojos, el tipo del mostacho entablaba así una comunicación conmigo y nuestras trancas levantadas al máximo daban cuenta de ello. Luego de este deleite, cerró la ducha, se secó y se fue. No lo volví a ver, pero me había brindado el regalo de ese espectáculo maravilloso.
    Y estoy casi seguro que era policía, porque tenía toda la apariencia. (o mis oscuros deseos así lo determinaron ese día)
    Fin.
    (da para un relato breve?)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

LO MÁS VISTO EN ESTE MES:

De la belleza clásica

Miscelánea gráfica #112