Desde la primera vez que, siendo niño, me fascinó el torso desnudo de un hombre, sigo asombrándome ante la maravilla de sus formas. Que un hombre se quite la camisa es algo que, al estar aceptado socialmente en ciertos ámbitos, suele pasar desapercibido. Para mí -y sé que para ustedes también- es como si me montaran el mejor espectáculo erótico del mundo.
Exquisita tentación que no se puede pasar por alto. Mi vista se clavó en ese magnífico paquete, antes del café...disculpen; pero no lo pude avitar 😊🎤🍌
ResponderEliminarTentaciones es una de las variedades de café de Bonafide. Será tan buena como la tentación de observar a este caballero tomando su cafecito? Qué momento!!! El café es una perdición y el que lo está bebiendo también. Un día frío como hoy, más.
ResponderEliminarAlejandro,
ResponderEliminarNo sos el único que primero miró lo que asoma debajo de la toalla y después: "ah!, está tomando café..."
En lo personal ME PONE A MIL los hombres cubiertos (o no) sólo por una toalla... UFFF
EmeKa,
Sí..., me parecía que lo de "tentaciones" me sonaba de algún lado asociado al café.
Sí, momento extático. Un cafecito en la intimidad del hogar, luego de una breve ducha..., preludio de algo especial en este último fin de semana del otoño..., todavía se puede sentir el calor del vapor en su piel... ohhhh