Es que uno se queda con la boca abierta..., podría ser a propósito, claro, pero no, sólo es ese efecto hipnótico y de admiración que ustedes expresan tan bien..., y después de ese momento extático, tal vez veríamos que en los próximos minutos, todo eso podría empezar a despertar... con lo cual ¡ah!, se nos abriría aún más la boca... y entonces... (perdón, me dejé llevar por la imaginación)
Cuando uno ve a un hombre interesante vestido, no deja de imaginarse que guardará ese guapo letal en su entrepierna. Ahora que le presentan ese manjar a Boca jarro no deja uno de admirarse de tamaño hombron que lo porta. Ese bosque de vellos públicos es adorable, como para peinarlo con una mano, con mucha lentitud, después olerlos, asentar la mejilla en tan alcochonada alfombra de pelos de hombre viril para después con reverencial amor, besarlo. ¿El balabo se empieza a hinchar? Entonces es momento de subir la mirada y ver la expresión de deseo de...mi padre.
Desde la primera vez que, siendo niño, me fascinó el torso desnudo de un hombre, sigo asombrándome ante la maravilla de sus formas. Que un hombre se quite la camisa es algo que, al estar aceptado socialmente en ciertos ámbitos, suele pasar desapercibido. Para mí -y sé que para ustedes también- es como si me montaran el mejor espectáculo erótico del mundo.
Este pau e pentelhos são hipnotizantes! Perfeitos!!
ResponderEliminarImpactante, irresistible, y hay muchas más pero la admiración silenciosa es más que suficiente
ResponderEliminarFabrice
Es que uno se queda con la boca abierta..., podría ser a propósito, claro, pero no, sólo es ese efecto hipnótico y de admiración que ustedes expresan tan bien..., y después de ese momento extático, tal vez veríamos que en los próximos minutos, todo eso podría empezar a despertar... con lo cual ¡ah!, se nos abriría aún más la boca... y entonces...
ResponderEliminar(perdón, me dejé llevar por la imaginación)
Don Pepe dijo...
ResponderEliminarCuando uno ve a un hombre interesante vestido, no deja de imaginarse que guardará ese guapo letal en su entrepierna. Ahora que le presentan ese manjar a Boca jarro no deja uno de admirarse de tamaño hombron que lo porta. Ese bosque de vellos públicos es adorable, como para peinarlo con una mano, con mucha lentitud, después olerlos, asentar la mejilla en tan alcochonada alfombra de pelos de hombre viril para después con reverencial amor, besarlo. ¿El balabo se empieza a hinchar? Entonces es momento de subir la mirada y ver la expresión de deseo de...mi padre.
Don Pepe
Que vision mas hermosa!
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